lunes, 12 de enero de 2015

Mi vida es una guerra...


Mi vida es una guerra...

Por Malefica Capetillo Cabrera

... Es una lucha constante entre el tiempo, el espacio y mis deseos, es sujetarme el corazón que corre desbocado ya galope mientras mi cuerpo se ve atado por cadenas, tengo que enseñarle a no irse así.
Mi vida es un defender mi voz, mi postura, mis ideas, un poner límites y eliminar obstáculos, sean estos, objetos, reglas o personas, mi vida es una lucha para dividirme sin perderme, sin engañarme, sin serme infiel a mi misma en mis palabras y actos...
... Mi vida es un constante esquivar piedras, confrontar retos, crecerme al castigo y saborear el desafío, yo me levantó por las mañanas y alineo en el armario mis trajes de vale madres, suicida, drama, víctima, sumisa y débil... Los dejó en el fondo para hacer espacio a mis armaduras cotidianas, a mis armas y escudos, a mis medallas, a mis pedazos, me sacudo del cuerpo los temores y angustias, al fin y al cabo, ya reptaran de nuevo en la noche sobre mi cuerpo y caerán en mi pecho como pesados ladrillos...
... Vivo en constante batalla con mis ganas de volar y mis deseos de colgar las alas, con mi prosa y mi poesía, con mis libros inconclusos, con mis ciclos sin cerrar...
... Arremeto contra espejos, fotografías, pues necesito el sonido de los vidrios al romperse, del papel al hacerse trizas y del fuego que arde con el combustible de un pasado...
... Me miro y me desconozco, me miro y me tengo piedad, bajo la espada, suelto el escudo, me dejo llevar por un sol que atraviesa lo más hondo de mi piel, por un hastío...
... Me digo "a la chingada pues" entonces bajo las manos, recibo los golpes, soporto la injuría, me río del cinismo, pero mis manos sueltas van más allá de mi persona, mi lengua se erecta y mis ideas como balas salen de mi cabeza, una, dos, tres, cuatro estocadas... Nadie sabe que sucedió, es el silencio después de la confrontación, mi pecho intacto, mis manos limpias, mi conciencia tranquila, regresando al atardecer pisando los cadáveres de mis recuerdos...
... Nadie nace sabiendo defenderse, porque nacemos creyendo en la bondad del otro, sin embargo, más allá de lo enseñado, en el oscuro primitivo animal que hay dentro nuestro, surge la fiera que saca las garras y arquea la espalda ante la amenaza inminente...
... Nunca dejes heridos, nunca tomes prisioneros, simplemente abrir camino, aunque sea entre puros muertos...

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