martes, 28 de octubre de 2014

Llueve en gris...

Llueve...


... Y en mi tacto el frío de un vaso de whisky y el silencio, el cigarro que se consume hasta quedar en las cenizas de su estructura y te extraño.
Te extraño de un modo enfermizo que me hace salivar y humedecerme tan sólo con pensar en tu recuerdo, parezco un perro de Pablov... Llueve y me excito pues la lluvia despierta con petricor caminos al pasado, se abren heridas viejas puertas... Vibra el teléfono... Tú también recuerdas nuestras tardes en un auto viejo a medio camino hacia la nada... Hacer el amor incómoda y apresuradamente...
Llueve y me embriago de tu recuerdo me despojo de mi piel que me quema pues surgen como estigmas las huellas de tu tacto... Nada me da paz cuando llueve... Sólo me alivia sentir las gotas haciéndose pedazos contra mi pecho en carne viva... Es casi como lapidar nuestros recuerdos...

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