... Los convivios en el trabajo... Fuente generadora de enemistades y reveladora del cobre e incluso el peltre de algunas personas, cuando se hace un evento en horario de trabajo a fin de festejar uncumpleaños, un embarazo, una despedida, bienvenida, ascenso, día de muertos, día del empleado, salida de vacaciones, navidad o año nuevo. Podemos tomarlo como un micro experimento social, nunca falta quien quiere llevar la batuta del evento, algunas veces para lucirse y saludar con dinero ajeno o bien para pedir las cosas que le gustan, una vez seleccionada la vianda a ingerir, comienza la discusión por el precio, tamaño, costo y sabor, aquí por ejemplo mucho tiempo alguien tuvo la "genial idea" de preguntarle al festejado que se le ofrecía comer, hubo quien sensatamente pedía el clásico sandwichón, arrolladito, spaguetti, étc; pero una vez no hace mucho nos pidieron un menú de guisados de tres tiempos que casi nos absorbió media quincena, fue un abuso, fue una falta de respeto, para eso te hubiésemos llevado a un restaurante, pero en fin así se aprende, están los que repiten sin esperar que todos se sirvan, los que sacan luego luego el tupper, los que chulean los trastes, los que nada les gusta, los que seleccionan pelean y taclean por el pedazo que se ve más grande. Después estamos todos los demás los que entendemos que ese tipo de eventos es una política laboral que crea lazos y humaniza a nuestros alternos con sus superiores y subordinados, que es sonreír posar para en su caso la foto, tomar tu platito, hacerte pendejo con él, decir si que rico, si que padre, hay que repetirlo, dar un par de abrazos de compromiso y si algo no nos gusta reservárnoslo para nuestros adentros.
Creo que lo único que no genera disputas en una dependencia son los charritos porque se ha llegado al consenso universal de que van con jalapeño la costeña, queso deisy y jamón en cubitos, buscando el balance perfecto con el juguito del chile pa que no se sopeen y sean servidos en vasitos desechables, o puestos en una universal palangana de plástico que quien sabe de donde carajos salió pero que hay en todas las oficinas y todos metan mano, ahí si pierden el asco y todos conviven como hermanos del charrito, otros más ingeniosos recordando sus épocas de secundaria cuando no cargaban como tú, su botellón de 2.5 litros de la marca coleman, que traía la hielera de chevas de tu papá y que te llenaba de agua o nestea la noche anterior y lo ponía en el congelador pa que te lo llevaras bien sabroso al día siguiente, hacen sus vasitos de papel bond que a manera de receptáculo será llenado del vital manjar de los charritos, conozco empleados que no te aceptan un solo peso pero que sucumben por una bolosa de charritos la lupita o si tienes parientes en campeche los famosos Richaud.
Volviendo al tema, ganas tienen algunos de pelear hasta la consistencia del pastel, de quien pagó y quien no pagó, creo que decir que no quieren participar es válido y respetable, como también lo es deci9r que muchas gracias pero no te gusta que te festejen de esa manera, que es lo gacho, que te cuenten y luego no cuenten contigo, que la comida se bote, que hagas tu show tipo de diva de "yo no voy", o que digas " a mi no me dijeron" " a mi no me vinieron a cobrar", esas ¡Son mamadas!, créeme que si en algún momento estás pasando por un mal rato con un show de estos solo te ves mamonsísimo que jamás nos pasaría por la cabeza que te sientes mal; presionado o algo así. que la mitad de la gente parada en un convivio de oficina en la puta vida compartiría ni un trago de agua en el desierto, nadie escoge a su compañeros de trabajo, estaban ahí cuando llegaste o llegaron cuando tú ya estabas ... Nadie elige a sus cólegas... Pero lo que si puedes elegir es llevártela leve y en armonía con los demás... Por salud...Por menos estrés... Por llevar la fiesta en paz... Te toca 80 varos de la cooperacha ¿No?
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